¿Fotografías o ilustraciones en el catálogo?
En muchísimas ocasiones te hemos comentado que si buscas una opción publicitaria sencilla para tus productos o servicios, que se sitúe entre la revista y el folleto (porque no es una revista de contenido en sí, y la información que deseas suministrar es muy grande como para un folleto), no hay duda que el catálogo es siempre la mejor opción.
Como sabes, es económico, es distribuible fácilmente gracias a su tamaño no muy grande, y los clientes pueden llevárselo a todos lados y consultarlo siempre que lo necesiten.
En relación tanto al diseño como a la propia apariencia que muestre el catálogo, es cierto que siempre atraerá más un documento publicitario con un diseño cuidado y una información precisa pero de calidad, que otro que no cumpla con estas características.
Por tanto, hay que tener cierto cuidado con las fotografías o imágenes que se escogen para el catálogo. Y, en este sentido, queremos hoy preguntarnos: ¿es mejor elegir fotografías o ilustraciones para el catálogo?
Ilustración o fotografía para un catálogo: ¿cuál es mejor?
Llegados a este punto debemos diferenciar dos tipos de catálogos comunes: el catálogo de información y venta de productos, y aquel que informa sobre servicios.
Para el primero de los casos, por ejemplo, no hay duda que siempre puede ser más útil que el cliente tenga a disposición fotografías sobre los productos que la empresa o tienda vende, que meras ilustraciones que pueden ser reales (pero no dan esa sensación).
Las ilustraciones pueden ser útiles, sobretodo, para catálogos de servicios, en los que se habla de los servicios que ofrece la empresa.
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Imagen | Richard Masoner / Cyclelicious