Qué es un formulario de pedido y por qué incluirlo en el catálogo de tu empresa
Acabo de abrir un catálogo de una tienda de informática y ¡oh sorpresa!, se me ha caído en la mesa un formulario de pedido. ¡Cuánto tiempo hacía que no me encontraba con uno de ellos! Tanto que casi no me acordaba de cómo eran ni casi para qué servían.
Como imagino que a ti también te ocurriría lo mismo, he pensado que podría ser una buena idea indagar un poco sobre él, y descubrir por qué puede ser interesante incluirlo en el catálogo de tu empresa.
Como sabes, un catálogo es un documento en el que se muestra una relación ordenada de elementos pertenecientes al mismo conjunto, que por su número necesitan de esa catalogación para así facilitar su localización. Destacan en este punto los catálogos comerciales, que son los que precisamente sueles encontrar en el buzón de tu casa. Por ejemplo, el típico catálogo de Carrefour o de Mediamarkt sirven para ilustrarlos en estos momentos, o el catálogo de la imagen, en este caso se trata de un catálogo impreso en imprimirmirevista que contiene elementos de menaje y decoración árabes.
Pero lo que no es tan habitual es encontrar en ellos un formulario de pedido. Evidentemente, por algo esencial: se tratan de empresas o tiendas físicas, que el cliente debe acudir a ellas y visitarlas para comprar aquellos productos que les interesen, eso sí, puede darse el caso de que también puedas visitar sus páginas Web y no tengas que desplazarte hasta sus localizaciones, en este caso, recomendamos que incluyas un pequeño formulario con una oferta especial a canjear a través de tu tienda online o página web.
¿Qué es y en qué consiste un formulario de pedido?
Con la llegada de Internet es bastante probable que, a día de hoy, estés muy familiarizado con todo lo relacionado con los formularios:
- Necesitamos de un formulario para poder comentar una noticia o artículo en un blog
- Con un formulario de registro podemos inscribirnos en nuestra red social favorita
- O bien a través de un formulario de pedido podemos adquirir ese videojuego que acaban de lanzar en rigurosa exclusiva
En el caso de los formularios de pedidos que podemos encontrar en los catálogos, digamos que es prácticamente lo mismo, pero en lugar de ser virtual es físico; es decir, lo puedes tocar –y sobretodo- puedes escribir en él, ¡sí, a mano! (aunque no recuerdes como se hacía, ,especialmente si estás acostumbrado/a a utilizar mucho el ordenador y su teclado).
Con el formulario de pedidos brindamos la posibilidad al cliente de elegir qué productos de nuestro catálogo desea comprar, indicándonos incluso una forma de pago o bien dándonos sus datos de contacto y dirección de recepción del pedido para luego pagarlo contra reembolso.
Este formulario suele tener el aspecto de una postal con franqueo pagado, o si se puede completar el proceso online, debe de contener una oferta especial para motivar al lector a entrar, dejar sus datos y canjear la oferta.
¿Por qué es tan importante incluirlo en el catálogo de tu empresa?
Teniendo en cuenta que, probablemente, el objetivo o la función principal del catálogo sea la venta de productos o servicios, no hay duda que incluir este formulario de pedido puede ser de utilidad para facilitar la compra-venta de los mismos. Es decir, le estamos permitiendo hacer un pedido directamente de nuestros productos a través de ese documento, y luego enviarnos por correo, fax o incluso por correo electrónico.
Eso sí, puede darse el caso de encontrarnos ante clientes que no pierden el tiempo en rellenar el formulario, pero puede ser incluso más probable que finalmente lo utilicen como guía para realizar su pedido por Internet o por teléfono.
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¿Y si el formulario de pedido lo convertimos en virtual?
Digamos que este punto enlaza perfectamente con lo que acabamos de decir en la línea anterior. Y es que si nuestra empresa dispone de tienda online y/o de una página Web, es bien posible que también ofrezcamos a los clientes el acceso a un formulario de pedido online. Se trataría de una opción –incluso- mucho más sencilla y rápida, en comparación con las ventajas que en su momento nos ofrecían los formularios de pedido físicos.
No obstante, si tenemos en cuenta que el formulario de pedido es solo un trozo de papel con algo de tinta, y que su coste en realidad es bastante irrisorio, ¿por qué no probar a incluirlo en el catálogo comercial de nuestro negocio? Podrías llegar a sorprenderte de sus resultados…
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