Tipografías por forma

Tal y como indicábamos brevemente en una nota anterior dedicada a los diferentes tipos de tipografías que existen, es cierto que la selección de las tipografías que deben formar parte de nuestro documento se convierte en uno de los elementos más olvidados, a pesar de que su elección es fundamental, y no debe hacerse a la ligera.

No obstante, esta cuestión –o problemática- la suelen tener en cuenta únicamente los diseñadores gráficos y maquetadores profesionales, que se tienden a regir más por sus conocimientos, que por el mero hecho de diseñar algo bonito o que quede bien.

Antes de elegir una u otra tipografía, es básico descubrir cómo se clasifican los diferentes tipos de tipografías que existen hasta estos momentos. Y como te comentábamos, existen sobretodo dos formas de clasificación: o bien por su origen histórico, o bien por su forma (esto es, si tienen o no “serifas”).

La clasificación de tipografías por forma

Es una opción de clasificar la tipografía en función de si tienen o no “serifas”. Entendemos por serifas (también conocido como remates), a las pequeñas líneas que encontramos en las terminaciones de las letras, sobretodo en los trazos diagonales o verticales.

serif

Su utilidad es facilitar la lectura del lector, dado que las tipografías con “serifas” crean en el ojo la ilusión de una línea horizontal por la que se desplaza la vista al leer.

sans-serif

No obstante, las letras sin “serifas” son también conocidas con el nombre de letras de palo seco, y se caracterizan porque no poseen ningún tipo de terminación. Muchos entendidos tienden a considerarlas como una tipografía poco adecuada para textos largos, puesto que su lectora termina por resultar incómoda.

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